Cierro los ojos lentamente, inhalo el fresco aire acompañado de
un dulce olor a rosas y pasto húmedo, y me dejo envolver por esa brisa tan
embriagadora que alborota mi largo cabello.
Dejo que mis dedos encuentren lo que están buscando, y cuando
finalmente encuentran mi tan conocido pincel de madera clara, simplemente dejo
que la memoria corporal me sirva de guía para encontrar la paleta de pinturas a
rebosar de colores, que he dejado en la mesa de madera blanca minutos atrás.
Aún tengo los ojos cerrados, y después de haber llenado mi
pincel de pintura, llevo mi mano derecha delante de mi, justo donde se
encuentra un lienzo blanco y nuevo, y entonces, empieza lo mágico, lo bello, lo
que más amo…
Comienzo a crear una nueva obra de arte.
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Una, dos, tres, gotas caen en diferentes intervalos de tiempo en
mi mejilla derecha, provocando que abra los ojos de golpe, y mi corazón se
acelere, y en el tiempo que tardo en volver a la realidad y trato de recordar
en donde estoy, una voz tan conocida, que podría identificar en cualquier
lugar, inunda mis oídos.
-¡(Tn) ___! Aquí estás- escucho decir a Mathew.
Rápidamente me enderezo para quedar sentada en el húmedo pasto
de mi jardín trasero, y mis ojos se encuentran con los de él, quien me está
observando con su típica media sonrisa, y con los brazos cruzados.
-No me digas- dice al tiempo que me ofrece su mano, para ayudar
a levantarme- Te volviste a quedar dormida mientras pintabas.
Mathew McGrogan, mi mejor amigo varón de toda la vida, y
secretamente…. Mi primer crush desde que tenía 5 años.
Conozco a Mathew desde que básicamente salí de la panza de mi
madre, ya que nuestros padres son amigos desde la Universidad, y ahora trabajan
en un proyecto en conjunto en Europa.
Mathew me lleva 2 años, y según lo que aseguran nuestros padres,
desde la primera vez que lo vi nunca quise separarme de él, así que se podrán
imaginar que me ha conocido en mis peores momentos, quiero decir, él era el
niño que me pegaba chicles al cabello y me hacía comer pasteles de lodo… En
fin, he vivido con él, y su hermana, mi mejor amiga Abby McGrogan, desde hace
aproximadamente 1 año, que fue cuando nuestros padres se fueron, dejándonos,
esta enorme y hermosa casa para nosotros solos, y sinceramente, aún no decido
si fue una bendición o una maldición, y si no saben a que me refiero, se los
explicaré lo mejor que pueda en resumidas palabras:
Intenta vivir con el chico del que has estado enamorada desde
que eras una bebé, y tu mejor amiga, que es su hermana, y no tiene la menor
idea de tus sentimientos hacia él…. ¿Cómo ocultas eso viviendo con ellos las 24
horas?
¿Ahora entienden?
-¡(Tn)___!- la voz de Mathew me trae de regreso a la realidad-
¿Si quiera me estabas escuchando?
-Lo siento, lo siento- me
disculpé rápidamente y solté su mano, la cual había seguido sujetando después
de que ya me hubiera ayudado a levantarme, y sinceramente ya no estaba segura
de cuanto tiempo había pasado desde eso.
-Supongo que a estas alturas debería de estar acostumbrado- me
dedicó una sonrisa cansada.
-¿Acostumbrado a qué?- lo miré confundida.
-A que te pierdas en tus pensamientos cada dos segundos- dijo
ahora dándose la vuelta y contemplando lo que había pintado antes de quedarme
dormida.
Yo tampoco había visto lo que había hecho, ya que algo raro de
mi, es que a veces me encanta pintar o dibujar con los ojos cerrados, lo sé, ni
yo se como le hago, así que seguí la dirección de su mirada y pude contemplar
un atardecer en la playa, justo como el que se podía ver desde el balcón de mi
ventana.
-Es hermoso- me dijo con una sonrisa.
-¿De verdad?- dije entrecerrando los ojos, siendo crítica de mi
propio trabajo- Creo que me ha faltado plasmar más el movimiento de las olas en
el mar, y mira- dije apuntado hacia la arena- Esa concha de mar es más grande
de lo normal, eso no es realista.
Pude ver como Mathew rodaba los ojos, para enseguida alborotar
mi cabello.
-Eres una criticona- rió con fuerza.
Automáticamente lo miré enfurruñada y traté de apartar sus
manos.
-¡Mathew!- le grité- ¡Sabes que odio que me toquen el cabello!
-¿Ni siquiera yo?- dijo mirándome con esa carita de perro triste
que siempre ha empleado, desde que tengo uso de razón, para conseguir lo que
quiere.
-No, ni siquiera tú- dije dándole la espalda para evitar caer en
su juego.
-No te enojes conmigo- dijo Mathew abrazándome por detrás, de
tal forma que envolvía mi cintura.
Automáticamente me puse nerviosa y un millón de pensamientos y
emociones se apoderaron de mi, pero antes de que pudiera hacer o decir algo,
mis ojos se encontraron con los de Abby, quien llegaba feliz… tal vez demasiado
feliz, desde la sala principal que conectaba con el jardín.
-¡Chicos!- gritó mientras caminaba a trompicones hasta nosotros-
Puta madre, no saben lo buena que estuvo la fiesta.
Sí, estaba borracha, supongo que no debía de sentirme
sorprendida o molesta, digo, Abby siempre había sido así, sin embargo lo
estaba, quiero decir, apenas hoy era el primer día de vacaciones y ella ya
estaba recorriendo todo Los Ángeles en estado de ebriedad.
-Vaya, vaya- dijo cuando estuvo delante de nosotros- Veo que no
han estado perdiendo el tiempo ustedes dos- rió estúpidamente.
Inmediatamente me torné colorada y Mathew me soltó.
-¿Qué carajos estás diciendo Abby?- dijo Mathew con tono
molesto, al tiempo que la fulminaba con la mirada.
Mathew, no era el típico hermano que iba diciéndote que o no
hacer, pero se preocupaba mucho por su hermana y le molestaba que nunca tuviera
una pisca de autocontrol, y sinceramente lo entendía a la perfección.
-Vamos, no me nieguen que estaban todos melosos antes de que
llegara- volvió a reír- ¿Qué? ¿Por qué ponen esas caras?
-Estoy harto de tus estupideces Abby- pude ver como Mathew
apretaba los puños con fuerza, tratando de controlar su voz- Todos los fines de
semana es lo mismo, no hay ni una sola vez que no lo hagas ¿Pero sabes qué? Yo
ya no voy a cuidarte, arréglatelas tu sola- Mathew respiró profundamente- Ni
siquiera puedo mirarte a los ojos sin poder sentir una gran decepción al ver en
lo que te has convertido.
Y dicho esto desapareció por la puerta corrediza de cristal,
azotándola en el momento que hubo entrado a la casa.
Un silencio incómodo y profundo se apoderó de la atmósfera, y al
momento de mirar a mi amiga a los ojos, pude ver que estos estaban inundados de
lágrimas. Se me hizo un nudo en la garganta.
-Abby, creo que será mejor que te acompañe a tu cuarto para que
duermas- dije con toda la dulzura que fui capaz de obtener, al tiempo que la
sujetaba del brazo y trataba de ayudarla a acomodar su vestido, el cual
mostraba una considerable parte de su pecho.
-¿Para qué?- dijo apartando mis manos- ¿Para que te puedas
quedar sola con mi hermano? Siempre he sabido que te lo quieres tirar (Tn)___
¡No lo niegues!
Automáticamente mis ojos se abrieron desmesuradamente y no pude
hacer otra cosa más que mirarla perpleja.
¿Qué me acababa de decir mi mejor amiga?
-Vamos, no me mires con esa carita inocente- dijo mientras ponía
su dedo índice en mi pecho- Te mueres por él- soltó una carcajada, mientras con
el dorso de su mano limpiaba su maquillaje corrido- como si no me diera cuenta
con el deseo que lo miras.
-Abby, yo no sé que…- comencé a decir.
-Mi hermano es un cabrón (Tn) ____- dijo mirándome a los ojos-
Él no merece tenerte, te haría pedazos- sorbió por la nariz- Partiría tu
corazón en pedazos, si no es que ya lo ha hecho.
El peso de sus palabras fue como un golpe directo al estómago,
que inmediatamente me hizo sentir adolorida.
Yo había sido testigo de cómo Mathew había tenido varias novias,
había sido la que lo había aconsejado para conquistar a alguna, pero también
había sido la que lo consolaba cuando le rompían el corazón, así que sí….
Mathew ya había roto el mío, pero ¿Acaso tenía que ser de otra forma?
-Mathew es un lindo chico Abby, es tu hermano ¿Cómo puedes decir
eso de él?- tomé su brazo- Es solo que…. A veces no mide lo que dice y llega a
ser demasiado rudo, pero lo que te dice es porque se preocupa por ti- le traté
de hacer ver.
-¡Eso no es cierto!- gritó, apartándome de ella- Tú no puedes
ver como es en realidad porque estás apendejada por él, desde que lo conoces.
Me quedé helada, ¿Cuándo se había enterado de esto Abby? ¿Lo
había sabido siempre? ¿Por qué nunca me lo había dicho? Me comencé a sentir
mareada.
-Pero no te preocupes- me dedicó una sonrisa fría-¿Yo quien soy
para decirte que o no hacer? Ve con él perra, dile cuanto lo amas, pero después
no me digas que te rompió el corazón, porque yo te lo advertí.
Pude sentir ese conocido ardor en los ojos, que aparecía cada
vez que estaba punto de llorar.
Estaba consiente de las consecuencias que habría si algún día
Abby se llegaba a enterar de que me gustaba su hermano mayor pero….
sencillamente había sido una tonta al haber creído que se lo tomaría bien,
finalmente no dejaba de ser su hermano y yo solo su amiga…
Sin saber que hacer, y sintiéndome embargada por emociones que
iban desde la ira hasta el dolor, corrí hasta el interior de la casa, cubriendo
mi rostro con ambas manos, hasta llegar al pasillo que daba a la entrada
principal, de donde tomé de la mesa de madera, que se encontraba debajo de un
espejo enorme, las llaves de mi motocicleta, y salí azotando la puerta.
Una vez afuera mis ojos se encontraron con mi conocida Vespa roja
ultimo modelo, y rápidamente me subí en ella e introduje las llaves en el
contacto.
Necesitaba respirar, tomar aire fresco y tratar de controlarme,
y era evidente que eso no lo iba obtener quedándome en casa, encerrándome en mi
habitación, escuchando las interminables discusiones de mis amigos.
Aumenté la velocidad, a todo lo que podía dar la Vespa.
Alrededor de mi, todo era un difuminado destello de luces y
colores, combinado con los conocidos sonidos de la ciudad de Los Ángeles, y
justo a mi lado izquierdo, se podía ver el parque de diversiones en el puerto.
Poco a poco fui disminuyendo la velocidad, cuando hube llegado a
una luz roja, y giré la cabeza para poder observar mejor las luces de la rueda
de la fortuna y las demás atracciones, como la montaña rusa.
Era hermoso, y estaba segura que podría jurar que nunca me
cansaría de esta fantástica ciudad.
Estaba pensando en eso, y maravillándome con lo que tenía
delante de mis ojos, que cuando la intensa luz blanca de un automóvil, me cegó
de improvisto, avisando a mis ojos lo que estaba a punto de ocurrir en cuestión
de segundos, no pude hacer otra cosa más que esperar a que sucediera lo
inevitable.
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Hola chicas hermosas!! Hasta aquí el cap :)
Bueno chicas les doy la bienvenida a mi nueva novela de Wesley Stromberg y Tú, Just For One Day.
Espero que les haya gustado este primer cap y que me comenten que les pareció, si les está gustando, que les hizo sentir hahah todo, ya saben que sus comentarios y opiniones son muy importantes para mi ;)
Las adoro!!!
Andy <3
Cada día escribes mejor y mejor. ME ENCANTA! la verdad te deseo mucha suerte con esta nueva nove. Te amo!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias Callia :´) ¡Que bella! Me alegra que te haya gustado la nove n.n
EliminarTe amo más!
Andy <3